lunes, 31 de agosto de 2009

Después de fallar una prueba autoimpuesta...

Traté de hacer que las cosas dolieran un poco menos, aunque por una vía extrañamente masoquista...
y no, no funciona.


¿Qué se puede hacer cuando la leche ya está derramada, cuando el cántaro está roto o las promesas se diluyen?
Duele, duele mucho, y no queda otro camino...
las cosas se terminaron, para bien o para mal, pero los efectos son de largo plazo y alcance...

¿Vale la pena ser tan ilusa, cuando siempre se cae en los mismos errores?
Lo curioso es porqué sigo cayendo una y otra vez.

Insisto, mis temores me la ganan...

No hay comentarios: