sábado, 21 de agosto de 2010

Declaración de principios I

Me da rabia que encasillen a la gente y la molesten por lo que opina; más aún si cambia de ella. No es justo, no es limpio y hace daño el creerse ser el dueño de la verdad.
En este mundo (por decir lo bajo) hay una opinión distinta por cada persona -y sacando promedios-, lo que es totalmente acorde con el mero hecho de considerar que somos todos diferentes; no sólo feno y genotípicamente, sino también por el entorno y la historia de cada vida.

Me molesta, me enfurece, me empelota que juzguen a alguien por sus opiniones, legítimamente diferentes; más aún, que se aprovechen de las "raigambres familiares" al momento de inculcar casi por costumbre ciertas ideas o gustos. Quizá sea por el hecho de que en mi casa siempre se toleró una diversidad de opciones y opiniones y se procuró no imponer limitaciones o sesgos al pensamiento, pero lo cierto es que en aras de esa misma libertad de creencia es que se suele levantar mi switch de defensa de cualquiera que sea herido por ese tipo de susceptibilidades; más aún cuando se actúa en ellas de forma gregaria y sin poder razonador o crítico real.

Eso. Por lo mismo, aquel que sea molestado/herido/atacado en masa o derivaciones, no dude en avisarme o pedir ayuda, que para eso (y un café conversado) siempre habrá tiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En esto pues, no hay más que decir, la libertad de pensamiento es quizás es uno de nuestros más grandes logros.

Anónimo dijo...

Adhiero mi opinión a la de Ro...la libertad es uno de los regalos mas hermosos que nos ha dado la vida... y la libertad de pensamiento es una de las derivaciones más perfectas

Saludos !!