Estoy aburrida. La carrera no me desagrada, pero no me motiva ya. Las materias que me motivan son las peor calificadas; las challa, apenitas ahí salvando. Las ganas de estudiar, de aprender, son lenatmente reemplazadas por ganas de dormir, de viajar, de tener una metralleta y dispararle a todos en la Escuela y luego tener el coraje de pegarme un tiro.
Quizá es porque necesito tanta cuota de novedad frente a mi nariz como estabilidad en mis patas, pero el punto es que de a poco ese norte tan iluso que estuvo en mi cabeza ya no está; se difumina entre los jirones de espanto y de nervios que invaden la cotidianeidad.
Los problemas idiotas se abren paso cada vez de forma más frecuente; la falta de tacto, el exceso de cargosismo (por decirlo de alguna manera); la
Esto no va bien, ni para mí ni para aquellos cuyas vidas tienen la desgracia de tenerme en servidumbre...
Y aún así, no hago nada para remediarlo. Sale más fácil, más cómodo, menos hiriente
1 comentario:
Piwi... no eres la única niña, no me atrevería a decir que es un desánimo general pero acá tienes a otra incauta que está pasando por un periodo de desencanto con la carrera...
Hay que seguir caminando mi niña, caminar y caminar que la meta ya viene...
Un abrazo, no te sientas mal ni pierdas el rumbo, hay mucha gente que te apoya
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